
En aquellos días nublados, Robert Neville no sabía con certeza cuándo se pondría el sol, y a veces ellos ya ocupaban las calles antes de que él regresara. Durante toda su vida, la hora del crepúsculo estaba relacionada con el aspecto del cielo, y por lo general, prefería no ale-jarse demasiado. Paseaba alrededor de la casa, bajo una luz grisácea y débil, con un cigarrillo en la boca y un hilo de humo por encima del hombro. Comprobó que las ventanas no tuvieran alguna madera suelta. Los ataques más violentos dejaban tablones rotos o medio arrancados, y debía remendarlos. Odiaba esta tarea. Hoy afortunadamente, sólo faltaba un tablón. Cuando estuvo en el patio revisó el invernadero y el depósito de agua. A veces los hierros que cubrían el depósito se aflojaban y las cañerías estaban retorcidas o rotas. A veces, en el invernadero, las piedras que arrojaban por encima del muro agujereaban los cristales y había que cambiarlos.
Características de la Descarga:
Formato: .PDF
Compresión: .RAR
Peso: 1.23 MB
Idioma: Español
No hay comentarios:
Publicar un comentario